Leyendas de la Sierra de Albarracín

Una leyenda muy conocida sobre la Sierra de Albarracín es la de la princesa Doña Blanca, la cual podrás conocer a fondo en la excursión a Albarracín.

Doña Blanca era una joven encantadora y tímida con muy buenos modales, entre otras grandes virtudes a destacar. Además, era la princesa de la Corona de Aragón, su padre era el Rey y su hermano el príncipe heredero.

Sin embargo, su padre murió un día en una batalla y ella con toda su tristeza decidió alojarse en el castillo para consolarse junto a su madre. Todos los habitantes del castillo mostraban su apoyo y lástima hacia la princesa lo que desató ciertas envidias y celos por parte de su cuñada, la nueva reina.

Así, su hermano debido a las malas influencias de su mujer decidió que su hermana debía marcharse y exiliarse en Castilla ya que en el castillo podría llegar a provocar graves problemas.

Camino del exilio

Pese a su tristeza y pena, Doña Blanca dejó su hogar y empezó su camino hacia su destierro acompañada de algunas dueñas y varios caballeros.

En su camino hacia Castilla, decidieron parar a descansar en Albarracín, que en esos momentos era una villa señorial gobernada por la familia Azagra. Todos los habitantes de Albarracín cayeron rendidos ante los encantos de la princesa y querían que ella misma se quedara en la villa pero debido al miedo a las represalias, finalmente decidieron dejar a la princesa seguir su rumbo hacia su destierro.

Pasaban los días y tanto la princesa como su séquito no dejaban Albarracín, así, después de muchos días, decidieron volver hacia el castillo del rey. Sin embargo, no había ni rastro de la princesa Doña Blanca.

Empezaron las especulaciones y los rumores sobre la posible muerte de la princesa debido a la pena que tenía. Incluso se hablaba de que podía haber sido enterrada en las catacumbas de la torre que ocupó mientras estuvo alojada en Albarracín pero los señores de Azagra fueron los únicos que sabían que era lo que había pasado con Doña Blanca y guardaron ese gran secreto.

La leyenda de Doña Blanca

Desde aquel día, los habitantes de la zona, cada luna llena de los meses de verano comentan que se puede ver en los alrededores de la Torre de Doña Blanca una sombra blanca que desciende los peñascos como si fueran las escaleras del palacio real. Dicha sombra pasea sobre los distintos lugares como huertos y caminos hasta llegar a la orilla del río Guadalaviar. En ese momento desaparece al introducirse en las aguas del río dónde se da un baño a la luz de la luna llena de verano.